Enunciador y enunciatario

En cada viñeta, un personaje, al que vamos a llamar enunciador, dice algo: un enunciado a un enunciatario.  A su vez, este enunciado es dicho por el enunciador de una determinada manera, con un cierto tono y con una cierta intención. Por eso, es posible distinguir, por un lado lo que el enunciado dice, su contenido, y por otro lado, el modo en que cada enunciado es dicho.

Esto quiere decir que cuando se hace uso del lenguaje, el emisor construye discursivamente una versión de sí mismo, del referente y de aquel o aquellos a los que se dirige. Esto muestra que el lenguaje tiene el carácter opaco en su construcción. Esto significa que no es un reflejo real o fil de las cosas que se nombra, sino una materia a través de las cuales construimos versiones del mundo.

No es lo mismo decir "Callate.. ¡Anda con una cara el pobre! de manera pensativa que decirlo de manera temblorosa. A esta manera es que dicho enunciado la llamamos enunciación. Por eso, la enunciación completa el sentido del enunciado.

El enunciado en su forma pura no existe, salvo que lo aislemos en un laboratorio. El enunciado vivo siempre es presentado en una situación de enunciación en la que se reconocen todos los participantes de la comunicación.

Como señalamos anteriormente, el discurso académicos tiene características propias, que lo singularizan de otros discursos (discurso publicitario, periodístico, político). Uno de los rasgos distintivos y particulares está relacionado con la construcción del enunciador y enunciatario.

Al emplear el lenguaje, el sujeto elabora una imagen de sí mismo en lo que dice, es decir en su enunciado. Proyecta sobre su discurso una imagen de sí que no necesariamente se corresponde con la persona que emite el mensaje. Por ejemplo, un estudiante escribe un trabajo práctico para entregar en una materia, luego le manda le manda un e-mail a un amigo y, finalmente, pide telefónicamente un turno con un doctor. En cada una de estas acciones, este joven cumple distintos roles y construyen socialmente diferente enunciadores. Estos enunciadores no se desprenden las características de personalidad de la persona, sino de los enunciados efectivamente realizados, que varían de acuerdo a la situación de comunicación en la que fueron elaborados y del género discursivo utilizado. En otras palabras el enunciador es el sujeto configurado en el texto (ya sea oral o escrito) y no la persona que lo ha pronunciado.

El enunciador, por tanto, puede tener diversos y numerosos atributos. Puede ser más formal o más informal, puede involucrarse subjetivamente o generar un efecto de mayor objetividad, puede ser más o menos técnico, más o menos especializado. De esta forma, puede reunir diferentes propiedades que se encontrarán implícitas en las palabras enunciadas. Es decir, el enunciador es aquel que lleva adelante el discurso, para lo cual se ubica en un lugar (se puede ubicar en su experiencia personal, en el saber, en la autoridad, entre otros. En el ejemplo anterior, podríamos suponer que el pedir un turno con el médico el estudiante proyectará un enunciador formal, cortés y distante; en cambio, en el e-mail a su amigo se presentará de manera informal y cercana. Por otra parte, en el trabajo práctico elaborará un enunciado formal, técnico y especializado, acorde a los parámetros académicos. Estos rasgos pueden deducirse del discurso, ya que el sujeto deja huellas de su presencia en el acto denunciar. Entre estas marcas, podemos mencionar vocabulario, el tono, los modos de formulación de las oraciones, los pronombres personales y posesivos que su seleccionan.

Por otro lado, en el otro polo de enunciación encontramos el enunciatario. Al igual que el enunciador, enunciatario no es equivalente al receptor del mensaje o interlocutor, sino que se elabora al interior del enunciado mismo. De esta manera, el enunciador y enunciatario son dos papeles que se constituyen de manera recíproca y complementaria en el texto, es decir, no provienen del exterior del discurso. El hablante puede configurar diferentes tipos de enunciatarios: más o menos informado, más o menos especializado, desconocer del tema que se aborda, familiar, autoritario. El enunciatario que se elabora puede coincidir o no con el receptor del mensaje. Por ejemplo, si en un acto de confusión el joven se equivoca y manda el e-mail a un profesor, enunciatario que así aparece (familiar, cercano) no corresponde al lector real del e-mail enviado. De la misma forma que el enunciador, enunciatario se encuentra configurado por el vocabulario, los modos de formulación de las oraciones, el tono y los pronombres personales y posesivos, entre otros.

Emile Benveniste es uno de los lingüistas que inició los estudios de los que hoy se conoce como "lingüística de la enunciación" entendida como "la puesta en funcionamiento de la lengua por un acto individual de realización".

La enunciación se construye a partir del locutor, que es el primero que dice "yo". La presencia de este "yo" da lugar a la existencia de un alocutor, que es el "tú", a quien ese yo se dirige. Estas dos son las personas básicas de la enunciación, las que en gramática conocemos como los pronombres personales de la primera y segunda persona del singular.

Sobre la base de estas dos personas, que son nombradas por estos pronombres personales, completan el aparato formal de la enunciación toda serie de pronombres que están relacionados, según el caso, con la primera o con la segunda persona.

Así, por ejemplo, el pronombre demostrativo "este", los adverbios de tiempo "ahora", "en este momento", "hoy", y el adverbio de lugar "aquí" se relacionan con la primera y la segunda persona, es decir, sirven para "armar" la situación de enunciación, que siempre sucede en presente.

A este sistema de pronombre personales y demostrativos, y de adverbios de lugar y tiempo, se lo llama deixis, son el conjunto de palabras que nos dan las pistas sobre el proceso de la enunciación. A esta palabras se las llama deícticos, elementos del lenguaje que se relacionan con los enunciados en la situación de enunciación.

De esta manera, la subjetividad se inscribe mediante el uso de deícticos y mediante las manifestaciones de texto de una valoración, un punto de vista, esto es, lo que se denomina modalizadores.

Hay tres tipos de modalizadores:

  • Modalidades de enunciación: se clasifican en: oraciones asertivas (afirma o niega algo), interrogativas, exclamativa e imperativa.
  • Modalidades del enunciado: caracteriza la actitud del enunciador con respecto a aquello que dice. Pueden ser de modalidad lógica o apreciativa.
  • Modalidades del mensaje: están relacionadas con la distribución de la información del enunciado y la posición que ocupan los componentes dentro de la frase.

Modalidades de enunciación

Corresponde a la relación interpersonal entre enunciador y enunciatario. Una frase no puede recibir más que una modalidad de enunciación. Esta puede ser:

  •  Declarativa 
  • Interrogativa 
  • Imperativa 
  • Exclamativa

En los siguientes ejemplos podemos ver que la modalidad de enunciación es la misma (declarativa) pero la modalidad de enunciado es distinta: 

Estoy seguro de que el problema se va a solucionar. 

Estoy impaciente por que el problema se solucione. 

No creo que el problema se solucione. 

Modalidades de enunciado 

Estas modalidades no se enfocan en la relación entre enunciador y enunciatario sino en la manera como el enunciador se posiciona frente a lo que enuncia, en relación con:

 - la verdad/ la falsedad, la certidumbre/ la duda, la verosimilitud, la probabilidad, la posibilidad (modalidades lógicas) 

- juicios apreciativos (modalidades apreciativas): lo bueno, lo agradable, lo útil.

Modalidades de mensaje 

Ciertas transformaciones sintácticas tienen valor modalizador. Hablamos de transformaciones sintácticas cuando, a través de ciertos procedimientos, resulta alterado el orden más habitual o canónico de los elementos en la oración: sujeto + verbo en voz activa + complementos. 

Al respecto, Maingueneau aclara que no hay una correspondencia unívoca entre determinadas transformaciones sintácticas y determinados efectos de sentido sino que existe una tendencia de determinadas transformaciones a ciertos tipos de incidencia semántica. Como modalidades de mensaje, el autor se detiene en la  la consideración de dos fenómenos: la ubicación del tema y la importancia del agente.

Ejemplo:

Argentina no pudo con Brasil en el triangular de básquet. (El Día, 2 -8-2014) 

En el triangular de básquet, Argentina no pudo con Brasil. 

Con Brasil no pudo Argentina en el triangular de básquet. 

La focalización en uno u otro elemento del enunciado, a través de la tematización, puede estar ligado a determinados efectos de sentido. El lugar de la palabra Argentina varia el sentido y la importancia según donde se coloque.

Además, en esta modalidad es importante ver como usa el enunciador las palabras en negritas, en subtítulos, destacados... Eso quiere decir que está focalizando dicha información y no es neutral

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